Sunday, 12 May 2013

De Vuelta al Mundo


Hace muchos años que renuncie al uso de productos cosméticos convencionales porque tanto como para mi alimentación, en el cuidado de mi piel y cabello, las listas interminables de químicos y sustancias cuyo nombre no puedo pronunciar me hacen tener miedo de los posibles efectos secundarios. Con la llegada de Amani, mi deseo de eliminar todo químico de nuestra casa y de nuestro uso corriente ha crecido. Las cremas contra coceduras que me regalaron en el hospital las regale y lo único que ha tocado la piel de mi hija ha sido mi mezcla maravilla - manteca de cacao, coco y jojoba. Con la misma mezcla me hice masajes despues del parto y la uso para hidratar mi pelo, antes de lavarlo.
Conoci tambien el maravilloso aceite de argán, el oro de los aceites lo llaman - regalado por mi mama, en una botella de vidrio traída desde Rumanía. He descubierto el aceite de almendras  y la manteca de karité y frente a sus poderes mágicos hago una reverencia, en signo de respeto.


Todos estos aceites y mantecas se encuentran en Santiago en tiendas especializadas pero siempre me parecieron muy caros. A mi no me gusta la idea de productos de lujo. Nada que la naturaleza en su generosidad nos regala no debería ser producto de lujo. Pertenece a todos los seres. Por eso tuve la iniciativa de este emprendimiento  para abrir una puerta hacia lo natural, lo simple y lo mágico.  Hacia la sanación a través de remedios naturales y no químicos especialmente para nuestros bebes y su piel tan sensible, pero también para nosotras, madres y mujeres hermosas. Una puerta que no es de oro, no es lujosa. No pide mucho, solo un poco, a cambio de un trabajo modesto.

La puerta que abro es también una puerta que quiere devolver al mundo todas las fortunas que yo recibo. Por eso decidí que toda ganancia de este emprendimiento no la voy a guardar para mi, si no que la voy a devolver. La manteca de karité con cual hago mis cremas mágicas viene desde Senegal - las mujeres africanas, madres como nosotras, recolectan los frutos del árbol de ghariti para secarlos y después molerlos.

Esta manteca se da la vuelta al mundo para llegar en mis manos. Yo la mezclo, también con mis manos, tal como lo hicieron las senegalesas, la lleno de mi energía y amor de madre y le añado otros aceites curadores.
Las ganancias de la venta de cremas las quiero mandar de vuelta a Africa. Pero no en Senegal. Las mandare en Tanzania, en un pueblito llamado Ituha, para un niño que se llama Amani, como mi hija.

Durante nuestro viaje por Africa lo conocimos, nos enamoramos de el y su familia y quisimos seguir haciendo parte de su vida después de separarnos. Así que llevamos 2 años ya apoyándolo en sus estudios y nos comprometimos en apoyar a todos sus hermanos menores también  Me siento responsable en forma igual para los dos Amani de mi vida: nuestro pequeño africano y mi hija, que tiene el honor de llevar su nombre. Soy una buena madre para mi bebe solo en la medida en la cual puedo dar el mismo amor incondicionado a todos los bebes del mundo.

Así que sepan que el dinero que me pagaran para mis cremas dará otra vuelta al mundo, para llegar al continente-madre de donde mandaron la manteca de karité. Van a pagar los estudios del Amani africano y van a contribuir al nacimiento de un mundo solidario y lleno de amor.







2 comments:

  1. Que hermosa iniciativa, dónde puedo ver las cremas?

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  2. Hola :)

    las puedes ver en la pagina de facebook: https://www.facebook.com/DeVueltaAlMundo?fref=ts

    si no funciona el link, simplemente busca en fb: DeVueltaAlMundo

    Un abrazo!

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